Por fin estoy volviendo a sentirme en mi piel. Todos los cumpleaños traen esta etapa de cerrar el año, desprenderse de lo pasado, soltar cosas y este año sí que lo sentí. Tal como las serpientes me toca guardarme, y esperar que ese proceso de muda irritante se termine. Y así ya lo siento. Como nuevita, con piel brillosa, poderosa, gozosa, lista para vivir a plenitud mi nuevo año. Y para celebrarlo, qué mejor que un wen reikazo, y chamanismos varios para quedar con el aura brillante y grande como la luna .