Volé. Así como los vientos de huracán que nos dieron ayer, que hizo volar ramas, techos, etc, yo me subí al bus más próximo y me vine a ver a mi Cata, que estaba resfriada y muy obstruida la mañana de ayer. Me asustó a mil. Por suerte vio un doc muy temprano que le recetó lis remedios adecuados. Y suerte que no se me ocurrió reservar un avión pk era una locura de atasco los terminales. Pero no fue un viaje fácil casi 18 horas de viaje a Valpo, con árboles y cables caidos en la ruta, mucha lluvia, granizo, viento, contracturada a mil y con la ansiedad a tope. Pero ahora, pura paz, con mi hijita regaloneada y con su tos controlada, en un hermoso depto en Valpo. No importa que yo tenga 45 y ella 23. Si la pollo se enferma, mamá se urge y corre. Fin de la historia.