Me gustan las playas.....Mucho... Me gusta el color de algas desperdigadas por todas partes, el sabor salobre del aire, el frío punzando la cara, el arrastre de las olas, suave, entre las piedrecitas de la arena....suenan como murmullo, como arrullo en realidad...En el horizonte, pasa una gaviota casi tocando el agua con su ala; un patito se sumergue y vuelve a salir, y se escucha el glup!glup! de su zambullida...la brisa sopla suave y las arenas se deslizan con ella, cambiando de lugar y cambiando pausada, pero inexorablemente, el relieve de la playa.
A lo lejos, escuches un queltehue, con su "cuecuecuecue".....Si miras la arena, verás que esta llena de hoyitos que se abren y que incluso en algunos...¡brotan burbujitas! Cuando vas caminando, tus huellas se quedan grabadas en la arena. A veces, esas huellas se quedan impresas mucho rato; en otras, por cada paso que das, el agua se escabuye por la arena, borrando tu señal.... Eso tambien pasa eso con las personas; a veces eres una huella profunda, y otras, solo un episodio que trajo otros....
Si te sientas, en esas roquitas o troncos que quedan en las playas, el paso del tiempo se vuelve tan relativo! El corazón late a un ritmo más suave, y muy lentamente toma el ritmo de las olas tambien....Y te vuelves arena, ola, gaviota, brisa, tronco, roca..te vuelves parte del paisaje, sin molestar ni amenazar a nadie. Sin que tu presencia perturbe....la naturaleza te acoge, te recibe, se nutre contigo y tú de ella...te integras. Te regala amor, porque ni siquiera lo piensa, lo decide, solo lo da.
Un amigo, me regaló un saludo al universo en las playas....De pie, sintiendo en tus pies, el suelo que pisas, la tierra en la que te posas, toma aire, llenando tus pulmones desde la base. Retén unos segundos...Exhala suavemente, hasta que no quede nada de aire en tus pulmones.....Vuelve a inhalar, pero esta vez, al mismo que inhalas, irás levantado tus brazos extendidos a los lados como si fueran alas y quisieras formar un halo alrededor de tí. Cuando tus palmas esten arriba, exhala suavemente otra vez, y siente en las palmas de tus manos abiertas al cielo, como todo el amor de la naturaleza pasa a traves de tus palmas, de tu cabeza, tu tronco, todo tu cuerpo, atraviesa tus pies hasta la tierra, y como viceversa, desde la tierra, pasa la energia hacia arriba, hacia el cielo...Vuelve a inhalar, y baja tus brazos como alas, haciendo un halo, y cuando tus brazos lleguen abajo, que cierren ese círculo, juntando tus manos a la altura de la pelvis. Repite el ejercicio, sintiendote amoroso y acogido por el universo, recibiendo y dando de tí el amor.
