Las cosas con mi cuñi han cambiado un poco este finde. Algo ocurrió con el hospital, perdió o le quitaron la cama, la cosa es que no es seguro que pueda operarse el lunes. Y resulta que afloran modos de hacer las cosas, que chocan en cómo yo creo que deben hacerse. Entonces, he preferido no opinar y hacerme un lado, y dejar que la gente viva la historia que quiere vivir. Así se lo he dicho a mi mamá también, quien también se desespera y trata de hacer todo lo posible por hacer gestiones para este cabro, pero la verdad que no lo veo muy urgido tratando de preocuparse por sus propias cosas. Por ejemplo, cuando mi marido llegó muy mal a la clínica por una vesícula perforada, y querían enviarlo a la casa y que yo le diera los remedios,  dejé la casa de puta hasta que lo ingresaron y trajeron al especialista, y corroboró que efectivamente, no podía estar en la casa, esperando que se le pasara. Pero en este otro caso, el joven ni siquiera tiene el teléfono del médico que le va abrir la cabeza y que es su especialista, así que no tienen cómo avisarle que lo despacharon para la casa y que no está en el hospital como lo pidió el doctor.  Y mi hermana , con dos crías a la rastra, no puede andar en todas ni hacer las preguntas ni pelear por él. Entonces, estas cosas me enervan, me desgastan. Y trato de aceptar que las personas tienen  historias que recorrer, y a pesar de que yo vea, de que se van a sacar la chucha , hay que dejarlas si no te pescan, porque al final es su vida. Yo lo que menos quiero es enojarme con mi hermana y alejarme de la Jo. Entonces, prefiero hacerme la loca y llevar la fiesta en paz.