Me siento sola.
No se trata de dar pena.
Es solo eso. Pero esta bien. Así ordeno mis emociones, mis prioridades, mis preocupaciones. Pero me encantaría un sillón cómodo, una tetera de té o una botella de vino y a contarse la vida. Sin afán de triunfo, ni grandes tragedias. Vida no más.