Este 2020 ya no puedo hacerme más la lesa como dice mi amiga Luz, y comienza mi camino espiritual. Siempre he visto y sentido cosas, que otros seguro, también ven, pero se hacen l@s tont@s. Yo, trato de evitarlas, a menos que sean muy evidentes, por miedo, de cobarde, de peliculera, porque no quiero ver cosas feas. Pero ya no puedo. Este año, debo y quiero empezar a estudiar, porque entendí que estoy al servicio. Me pasan más seguido, más intensas y también he percibido, que estas experiencias son muy necesarias para las personas con las cuales me ocurre y que le traen mucho bien. Por eso, entiendo que estoy al servicio. Y también, si aprendo y estudio, también lo pasaré mejor. No puedo ni quiero andar sintiendo las emociones ajenas así como así. Por eso, estoy leyendo y estudiando, recogiendo lo que me hace sentido. Como le dije a Luz, me siento como el parvulito, que sabe que tiene que ir a prekinder pero no quiso ir a la sala, y hace berrinche y se quiere ir a su casa. Así estuve años. Ahora, ya estoy en la sala. Aprendo y aprendo, pero sigo sintiéndome un parvulito.
Este camino es doloroso y solitario. Doloroso, porque vas descubriendo cosas y personas que creías eran, porque la intuición se va afinando, porque te enteras de lo que se oculta, y al final, trae mucha decepción a veces, frustración con una misma por no pescar esa intuición, y certeza de cómo son las cosas. Y no puedes compartir con mucha gente esto porque en realidad, cada caminante sabe como le aprietan los zapatos en el camino. El Ermitaño siempre ha sido mi carta. La he esquivando todo lo que he podido porque la encontraba tan solitaria! Pero ya no la veo así. Ya entiendo porqué se dibuja así. Y dejo de sentir miedo.
Este período también me trae muchos sueños y explicaciones. Me trae revivir ciertas partes de mi vida, para entender y liberar emociones que están atrapadas en mis recuerdos y que de alguna forma repercuten. Increíble cuanto hay que retroceder para liberar. Increíble también ver cuanto cachureo emocional se junta! No había tomado real conciencia de eso. Hay partes que fueron puertas cerradas, pero no heridas sanadas, ni emociones liberadas. Y hacer ese proceso, es doloroso también, pero tan esclarecedor también!!! Y me va dejando liviana. Eso es lo mejor. Y de seguro, mi fascia también lo agradece.
Bueno, caminando voy. Y seguro vendrán más noches insomne. Pero ya no peleó ni sufro por ellas. Me traen mensajes y aprendizajes. Infinitas gracias por las enseñanzas y las liberaciones!!!
