...Día de lluvia y de luz cortada. Todo exquisitamente más lento. Con Cata dormimos hasta que nos salieron várices en los ojos, para luego del desayuno, acostarnos a leer Papelucho. Uchas que me hace reir, cada vez que lo leo. Es que yo pensaba las mismas cosas cuando era chica (y algunas aún las pienso) y hacía experimentos y acciones de buena causa, muy parecidas, con las mismas consecuencias: castigada sin poder salir....
..Se´que tuve un sueño lindo, pero no recuerdo qué...
...En la mañana, le envié un sms a él, deseandole un buen viaje y besos para mi niña...a esta hora, ya debe estar pegado como lapita a ella cantando cumple feliz.
Estoy molidisima con esto del cambio de la ventana. Ordené completa la pieza de Cata y me entretuve viendo cosas guardadas, seleccionando otras, mientras mi doña jugaba con Carrie. Mientras la miraba jugar, tan simple y llena de risa; entregada a sus lápices y hojas, absorta en su juego, sentí un anhelo tan hondo en que Catita crezca libre y dueña de sus sentimientos como hasta ahora. Dios quiera que nunca de mi boca salgan palabras para sentenciarle un cariño (ni sikiera me han salido para el desconsiderado de su padre biológico) ni hacerla sentir mal por ellos. Deseo que siga siendo así, toda pelusa y revoltosa, sincera a morir y no un prototipo de lo que debería ser. Yo sé que muchos me critican, y pienso que no pesco a la Cata, o que soy muy laisses fair con ella. Pero yo sé que no es así. Cata comparte conmigo, no depende de mí. No es mi apéndice ni mi prolongación, lo cual no significa que sus penas no me duelan. Al contrario, he tenido que recurrir a toda la sangre fría del mundo, para no plantarle combos en el hocico a vari@s que se lo merecen a veces (bueno, lo hice una vez, y con esa creo que estariamos no?) Por eso y otras cosas tb, me vino este soplo de poema, que no es mío, si no de Gabriela Mistral :