Pasan los días y las noticias y es imposible no conmoverse con tanta tragedia. Por suerte, aquí en la isla, no nos pasó nada, salvo allá bajo en una islita , que en una caleta, desarmó unas ranchas y unas lanchas. Pero en el resto, todo anduvo bien y tranquilo, y la gente pudo hacer un buen ejercicio. Y queda tanto, tanto por pulir, por mejorar, por aprender. Pero es muy díficil, si las autoridades son tan arrogantes para pensar que todo lo pueden planificar a ultima hora, y que no se puede hacer nada si no es con plata del gobierno. Da tanta impotencia....

El sábado igual llegaron mis alumnitas a clases y por la tarde fui con mi familia a dejarle flores a mi papá a su orillita de mar y al cementerio, donde está la cajita, jajajajja. Lindo paseo en todo caso, pasando a tomar once a la botica y por la noche, tomando pisco al jenjibre en casamar. Y no eramos 4. De seguro, todo el rato fuimos 5....

Escuché por ahí que este es tiempo, para atreverse a amar y estar en armonía con todos. Es la mejor lección que nos puede dejar tanto desastre. ¿Porqué esperar decir lo que quieres en otro momento? Yo aprendí que no son los momentos los correctos. Son las formas y los tiempos.  Y que hay que decretar cosas buenas. Ayudar a desvanecer el miedo del aire, decretanto paz, y todas las cosas buenas que se te ocurran. La magia es verdadera y todos podemos hacerla. Yo comienzo diciendo: te amo.