Hago la misma ruta todos los días, más de una vez al día....y tengo el corazón apretado con la imagen de esa camioneta, hecha mierda a un costado del camino. No puedo siquiera imaginarme el dolor de esa familia y sus amigos. Tampoco el dolor de ese papá que acompañó a su hijo hasta el sur, quizás soñando que aquí, se sanaba su alma y su cuerpo, y que finalmente, se va para siempre, preso de sus dolores. Me ha servido para bajarme de la máquina, para respirar lentamente, para no enfrascarme en peleas, ni gastarme explicando weas. Simplemente, para aceptar de mejor forma, o de aceptar no más, las cosas como vienen. Hay mucha yoga y amor en eso :)
Esta lluvia, que nos envuelve a todos, como una sábana gigante, para contarnos cosas debajo de ella...