No siempre te das a mí. Es más, sólo me dejas tocarte la punta de la nariz. Pero hoy, te acercaste tú, despacito, mientras abrazaba a un árbol y te quedaste a mi lado disfrutando del sol. Y así, pude acercarme y hacerte cariño en tu largo y hermoso cuello, Canelo de mi corazón y hacer mi día, mágico y especial.