Una semana intensa. Primero, recuperar al pequeño, no como se rogaba y esperaba pero un regalo de mamá natura y sus criaturas, donde no tuvo ninguna lesión, casi como si estuviese dormido. Sé muchos detalles más, pero me quedaré con ellos, conmovida por estar tan cerca de un milagro. Abrazamos a nuestros amigos y sabemos que aún así, la pena será inmensa y el camino larguísimo.
Imposible no remecerse con eso. Quizás algo no me pillo bien parada y me dio un enfriamiento, cortocircuito nivel exorcismo. Pero el jueves y viernes me fui a la casa de mi mami a dejarme regalonear y descansar. Ahora el cuerpo cansado, escuchando música, çello, hauser, reparandome, calmando mis demonios, atravesando las energias.