...igual vi cosas bien simpáticas en el viaje al Raks. Aparte de lo adolorida, conocí gente maravillosa, costumbres y danzas nuevas, nuevas artes, nueva música, artículos y personas que viajaron miles de kilometros para hacer su vida aquí en Chile..en fin....es como abrir la cortina en esta carpa gigantesca que se llama Medio Oriente...
Y aun así, qué rico fue volver a casa...En el bus, me acordé de esta canción que el Ñeco le regaló a la Cata una vez. Es tan buena!!!
"...Nunca se pudo olvidar que en su cadera al caminar lleva el ritmo de la mar...."