La inauguración estuvo líndisima. A pesar de poder haberlo hecho antes, por primera vez entré al recinto nuevo a conocerlo. En las tribunas, los baños, los pasillos, la pista, es todo genial y bien hecho. Da gusto por todos lados. Hubieron muchos discursos, regalos, un reconocimiento para mi amor y la empresa ejecutora, un acto artístico, una carrera, un partido, en fin...todo lo que se puede hacer en un recinto así. Obra viva. Nos tomamos un momento para verlo de lejos, con todo encendido, con la gente llenándolo por todos lados y disfrutar de ese momento, donde mi amor ve a su hijo ya parido. Preciosos momentos.

Tb es emocionante saber que los deportistas que aquí corran podrán inscribir marcas olímpicas y que son menos de 10 los lugares en Cl, con esa calidad. Vinieron desde Alemania a revisarla y puros elogios al diseño y la construccion. Tiene errores de un milimetro! Ni siquiera en los ultimos JJOO tienen ese lujo!, jajajjjaja Un regalo para toda la comunidad. Punto aparte, el orgullo de recibir las felicitaciones de las autoridades por el diseño de mi amor, y que hace que quede como en el tercer lugar de la región.

Después nos fuimos con los amigos de la empresa a comer una parrilladita, y cantar karaoke como hasta las 5 de la mañana. Y es lindo ver como todos estaban orgullosos de la linda obra. Y como todos rogamos que lo cuiden con amor, que todos lo hagamos nuestro.

Por fin esta cayendo agua. No como en el invierno, aunque hay mucho viento, pero agua para regar los campos y llenar en algo los pozos. Como sea, las olas estaban fantásticas en la playa, grandes, llenas de espuma, reventando con fuerza. Adoro mi tierra y adoro mi mar. No dejo de bendecir haber nacido aquí.Y cuando salgo de aquí, al rato ya quiero volver. Brasil me tienta el alma, pero ahí más que los lugares, es la gente. Allá me fascina como nada en el mundo la música, la gente, el ritmo. Pero aquí, la naturaleza me deja en paz. Me deja muda. Y eso es muy muy fuerte, pk casi nunca hay como callarme!, jajajajajaja pero en la natura es donde encuentro otro lenguaje y mis silencios. Y poco a poco, algo de esa paz se apodera en mí, y me calma esas patadas de yegua que salgo mandado la mayoría de las veces. Algo que ya no me hace pelear con los lugares y las personas, sino ver cómo me adapto. Qué es lo que me molesta de cada situación y ver que puedo y quiero cambiar. Unos dicen que eso es madurez. Para mí, es solo serenarse y confiar. Confiar que todo está bien. A ojos cerrados y a brazos abiertos.

Poco a poco me voy domando. No con resignación, sino con entrega. Entregarme a la plenitud conciente de la maravilla de estar viva.