Hoy salí a la jungla. Casi se siente así, porque fui al supermercado más abierto que hay, para comprar varias cosas para no tener que ir en semanas, y porque hay cosas que quiero donar para campañas y comprar las cosas de mi mami porque tampoco quiero que se exponga. Y sí, me puse mascarilla al entrar y mis guantes, pero la gente se queda con la mascarilla para la vida, en todas partes, y la llevan dentro del auto puesta!! 😆😆😆😆 Y van solos! 😆😆😆 Así que deje a mi mami bien aperadita, pues otras cosas las tiene frente a casa. Y pasé a buscar un delicioso refuerzo de zinc al muelle, aprovechando de sacar una fotito. A mi regreso, mi marido tenía un saco de manzanas de regalo para mi vecina y un ramo hermoso de eucalipto, que si bien no mata el bicho, sí coopera con las polillas y otras plaguitas del campo. Así que se fueron a dejarlo, mientras yo preparé un rico cocimiento. Y sentí a mi papá a mi lado. Con todo amor, seguro que gozó viéndome limpiar los mariscos y preparar mi ollita. Y me conecté con esa energía rica de cocinar platitos de la isla. Simples, tan sabrosos y saludables.
Y ahora escribo, mientras mi té de laurel me relaja y me ayuda a dormir.