La última vez que creí a ojos cerrados y con absoluta devoción, el corazón se me reventó en tantos pedazos, que yo creo que algunos nunca volvieron y vienen a penarme en sueños. Como si no pudiese sentir la felicidad completa, siempre hay un cacho que falta. Pero creo que eso es mas que nada, el peso de las desiciones que uno lleva no más.

Los sueños, me recuerdan que algunas desiciones las tomé más por deber, que por querer. Por no romperle el corazón a otros, por no ser más miserable no más. Afortunadamente y con mucha estrella, esos caminos son tan buenos! Pero algo queda de registro en mi, de que yo nos eligí, así, a ojos cerrados en devoción y queriendo desde las tripas. Y pongo distancia, como si me molestaran. Y muy en el fondo, tengo el peso de haber sido muy cobarde o muy responsable. Más que nada, porque en mis cosas yo soy muy directa, muy verdad. Y en estas que con tan importantes, no lo fui, y eso me da vueltas, como esas moscas negras que no saben de donde chucha salen en medio de la noche. Tengo que liberarme de esta basurita acumulada. Quizás así cuando respire, no voy a sentir que al suspiro, le falta un cuarto.