Mientras le doy sus 5 minutos de reposo a mi té verde, voy a martillar un ratito por aquí. Claro, a martillos es que se va forjando el hierro, no? Y cada cosa que voy dejando aquí es el temple de mi alma, aunque no quiero volverme de fierro. Ojalá de papel, para hacerme muy muy ligerita ^.^
Durante la mañana, le dí espacio a la meditación para relajar un poquito la mente de su teje-teje. Es increible, la cantidad de pensamientos que se crean en segundos, y la cantidad de cosas que podemos imaginar que son reales. El Zen dice que no existe el infierno ni el cielo, si no lo que creamos con nuestra mente. Cuando dejamos de crear, y nos entregamos solo a recibir el día sin rechazar nada, entonces la mente descansa y una se va acostumbrando de a poquito a vivir -con - vivir y no vivir -pensando - vivir. Porque no hay que estar obligado a hacer nada extraordinario: salvar el mundo, las ballenas, la paz mundial, etc. Simplemente entregarse a la tarea cotidiana que cada uno tiene. Mi cotidiano no tiene nada de glamoroso y cinematografico, pero es mío y creo que con eso tengo suficiente. Antes me reventaba la cabeza, tratando de encontrar algo que hacer que fuera como impactante, pero creo que era puro ego no más...Tambien estuve meditando en los números de mi nacimiento, esos que leí la otra vez. Segun ese articulo, en mis numeros llevo un regalo de Dios, como por cuenta doble. Se llama línea del arco, y es como una línea de luz que une las sienes y se conecta con la percepción intuitiva de la realidad. Según los números, por eso me gusta tanto conectarme con la búsqueda interior y abrazarme a ciertas causas. Que tengo una gran fé en Dios. Que cuando estoy centrada pongo todas mis energías en un centro, y a partir de ese punto vivo, respiro y me muevo...a esas cosas le daba vueltas...no creo que tenga que hacer nada extraordinario, como irme al Himalaya, dejar todo, vivir como anacoreta, para encontrarme a mi misma. Creo que eso sólo lo sabré en los ultimos segundos que me queden de vida, y es mejor entregarme a la vida, siempre en búsqueda. Por así decirlo,me gusta la mística del palo de leña partido por el hacha....
Despues me dí un ratito para escuchar fascinada los truenos. Me gusta la lluvia con escándalo, así con relámpagos, truenos, escarcha, viento; hay una energía exquisita en ellos cuando se desbordan. Debe ser también porque me gusta la sensación de pequeñez que me producen.
Dos cosas escuché en la radio. Una me conmovió por la belleza de las voces y porque habrá un especial de ellos en la Cooperativa por la noche. Los Nocheros, tiene algo que me para los pelos cuando los escucho. Es la pasión, la intensidad, la armonía, la virilidad y suavidad de sus voces y las letras de sus canciones que me deja boba en deleite al escucharlos. Es más, voy a subir la canción que escuché al space, hehehehe.
La otra cosa que escuché, no me dejo con pena, pero si helada y porque no, enrabiada, se me apretó el vientre cuando la escuché. Una pareja se hizo 6 abortos y tiro a sus bebés a los pozos sépticos. No hay palabras que describan o condenen tal montruosidad y maldad. Pensar que hay gente que anhela un bebito y no pueden y estos brutos los mataban....
Ya Cata... sí, las tareas. Y se terminó mi té.
22:15--> sigo pensando lo de los bebés...Por inet, supe que hay como una especie de fundación que hace una adopción espiritual. Pero creo, que estos angelitos, ni sikiera necesitan de oración, porque se van directo con Dios. Creo que es mejor rezar, por aquellos que estan por nacer donde quieran que sea, para que sean recibidos con amor y alegría; sean respetados y acogidos en su pequeñez física y admirados en su increible energía para reflejar la vida y el amor.
Cuando tuve a Cata, yo no la planifiqué. Simplemente fui irresponsable con mi sexualidad y tuve que adaptarme a su llegada ( es lo más lindo que me ha llegado en la vida, de todas maneras) Me perdí mucho tiempo, en el miedo, en la soledad, y porque no, en el abandono tb. perdí mucho tiempo, rechazando lo que me pasaba. Yo quise ponerme frente a alguien, como una tierra limpia, donde no había escombros ni palos asesinos. Pero no me entendieron y vieron engaño donde solo había un anhelo. Por eso, con toda humildad espero, que me toque un día tb, vivir ese proceso de planificar un hijo, prepararse para recibirlo; que mi tierra sea acogida sin prejuicios ni terrores. Un día en que en mi tierra escuche dentro de mí, un trotecito de cascos...