Hay que airearse un poco. El sábado, nos arrancamos a comer a jibilandia, para ver a otras personas, para estar en otro tiempo. Eramos poquitas personas en el restaurant pero se agradece, porque estábamos piolitas, disfrutamos de la vista, escuchamos música. De ahí, pasamos a ver a mi tía y a chacharear un rato y el aviso de un posible corte de carretera, nos devolvió a casa, otra vez, sin ser dueños de nuestro tiempo (en apariencia)...
El domingo, día trabajo en la casita! Ya terminamos el piso, paredes y bow window, del dormitorio. Nos queda pintar un par de cosas y ya podemos irnos a dormir. Yujuhhhhhhh! Ayer llevé un cuerito de cordero para tirarme en el piso y ver qué se siente... Y es maravilloso. El mar ronroneando.

Recogí varias reflexiones con más calma:
 Según mi creencia, las almas pactamos acuerdos, para venir en determinada época, en determinado tiempo, con determinadas personas. Para algo debe ser. Mi alma escogió estar aquí ahora, enlazada a otras almas. Seguro puedo colaborar y seguro que soy pieza en este puzzle gigantesco. Nadie sobra. Por ahora, mi acción es enlazar mundos. Soy buena en eso, en buscar puntos en común, en conectar realidades más que separarlas. Es como reconocer una habilidad. Esa es la mía.


Hay miedo? Claro. Lo hay. Tengo miedo a que los míos sufran. Y ese término "míos" , es extenso igual. Tengo miedo a que perdamos la alegría, la transparencia, a ser como nos dé la gana, miedo a no poder resolver. Miedo a que mis desiciones no dependen sólo de mí, y que pasen a estar en manos de alguien que no me conoce o poco grato.

También reconozco los condicionamientos, las reglas y pensamientos automáticos por costumbre. Y la revolución no sólo se da fuera. También se da dentro de mi. Me cuestiono muchísimo. Quizás por eso, necesito escapar hasta de mi misma. Cambiar, pensar de otra forma, ver de otra manera, es desafiante y porqué no? Agotador también. 


Me tengo fe. Yo sé que soy un buen ser humano. Sé que hay cosas que sigo aprendiendo. Quiero felicidad completa para todos, pero entiendo que este no es el plano para vivirla. No vinimos a eso. Pactamos para venir a aprender.


No sé qué me traerá esta semana. Quiero seguir trabajando con mis chicas, pero acepto que los ritmos serán día a día. Como dice Fito, yo vengo ofrecer mi corazón. Esa es mi declaración.