¿En qué estoy? aquí, sentada comiendo unos de los chocolates que compramos en Chonchi, en esa pastelería a la orilla del mar que tanto me gusta. No puede haber mayor delicia que esa, de tener chocolate y tortas ricas mirando el mar...ahhhhhh, casi me traigo un mouse de chocolate que me decía "llévame, devórame golozona", jajajjajajjaja pero resistí y preferí que no. En una de esas, despues me comía un pedazo y me hastíaba. Mejor así quedo tentada y vuelvo por más cierto? jajajjajjaja

Qué lata las comidas del 18! Ayer fuimos al almuerzo a comer a Bellavista, y estaba ahí no más los almuerzos diciocheros. Todos cocinando lo mismo. ¿Por qué no agregar unos pasteles de choclo, unas ricas humitas, unas wenas sopaipillas con chancho en piedra? Hoy decidimos almorzar en casa, y hacer una mixtura. Un 18 medio árabe: carne al horno con arroz arabe al curry , harto mejor que los anticuchos raquíticos que nos comimos ayer.

Entre tanto paseo, al regresar esta noche por la carretera me acordé de un viaje con el ñeco, en que nos trajimos su auto recien comprado hacia acá. En 5 minutos tuve a acostumbrarme a manejarlo, a reconocer los cambios y todas las palanquitas. Yo estaba tan nerviosa que no quería ni pestañear para no dejar de ver el camino! jajajjajajjaja a pesar de que el ñeko me decía que me quedara tranquila pk por lo menos estaba asegurado, igual yo iba super nerviosa y atenta mirando el camino. Me decía que le encantaría perderse en una orillita oscura del camino y yo la muy nerd, no se me activaba ningun atisbo de seducción, de lo puro nerviosa y responsable que me sentía de la joyita, jajaajajja también me acuerdo que con la Cami, lo molestabamos diciendole que solo faltaba que le hablara al auto cuando se quedaba estacionado solo, para que no le diera susto! jajajjajajajjajajRecuerdo que al entrar a Talca, la ciudad con olor a vino; no sé porque se sentía un olor a vinagrillo bien especial. De seguro que todos andan medios puestos por ahí...jajajjajjaj. Me emocioné no sé porqué cuando me acordé de esos momentos tan bonitos. Yo los disfrusté muchísimo, y hubiesen sido más, sino hubiese tenido ese miedo tan pendejo, de sentir que todo lo hacía mal y que sólo conseguía que él se decepcionara de mí....Tan alto lo tenía.... Supongo que de tanto ir al cántaro a la fuente, lo conseguí. Qué increíble como atraemos lo que más tememos con sólo pensarlo....pero no fue de adrede. Fue de puro pendeja y cobarde no más. En cambio ahora....me siento más grande, más plantada en la tierra y con la cabeza más en el aire...Y no veo a nadie ni más bajo ni más alto que yo, salvo mi Dios y el hermoso cielo de mi Chiloé......

Voy a dejar este poema hermoso de Luis Carlos Yack. No digo ni una palabra más por hoy.