Y aquí en casita otra vez. Con un gorrito sobre la cabeza, porque hace frío (aún no prendo las estufas) y con doña Mika que insiste en tenderse en teclado, o que le haga cariño jajajajajja regalona no más.

Ayer me tocó reunión en RI. Analizamos la ultima actividad donde muchos se dieron día libre y quedamos al final 10 personas trabajando no más. Entonces no puede ser que una actividad que hemos creado y que es responsabilidad de todos, sea trabajo de unos poquitos. Todos tenemos muy claro, pk entramos, prometemos y nos hemos comprometidos con la organización. Además, no tiene porque ser aburrido, de hecho, igual nos queda tiempo para payasear , tomarnos un traguito, seguir bailando, y volver a pelar papas y envasar mariscos. Sería muy fácil para todos, llegar y girar un cheque y ahorrarnos la pega , pero yo creo que esa no es la idea. Por lo menos, no la idea que me interesa. Yo me alegro, que mi hija pueda acompañarnos y ver que sus papás se involucran con otras personas en una tarea que exige cierto sacrificio, porque esos recursos ayudan a otras personas.  Por eso, revisamos esos aspectos en la reunión de ayer, para detener estas incomodas situaciones. Tb nos visitó un amigo que representa a la Fundación, que nos traía una charla, precisamente sobre el compromiso en RI y un video del ultimo operativo que se hizo. Nos queda flotando la idea de buscar problemáticas dentro de la comuna donde podamos aprovechar al máximo los recursos que la fundación sí entrega.  Tenemos que salir a buscar donde somos útiles y dejar de esperar que nos vengan a pedir la ayuda.

Este amigo, es un gran luchador. Hace años combate contra una leucemia, que le acarrea varios achaques. Y compartió con nosotros el ultimo libro que esta leyendo, y de él, una historia que dice:
"había una vez un hombre que quería trascender su sufrimiento, de modo que se fue a un templo budista para encontrar a un maestro que le ayudase.       
se acercó a él y le dijo: «maestro, si medito cuatro horas al día, ¿cuánto tiempo tardaré en alcanzar la iluminación?». el maestro le miró y le respondió: «si meditas cuatro horas al día, tal vez lo consigas dentro de diez años».
 el hombre, pensando que podía hacer más, le dijo: «maestro, y si medito ocho horas al día, ¿cuánto tiempo tardaré en alcanzar la iluminación». el maestro le miró y le respondió: «si meditas ocho horas al día, tal vez lo lograrás dentro de veinte años». «pero ¿por qué tardaré más tiempo si medito más?» preguntó el hombre. 
el maestro contestó: «no estás aquí para sacrificar tu alegría ni tu vida. estás aquí para vivir, para ser feliz y para amar. si puedes alcanzar tu máximo nivel en dos horas de meditación pero utilizas ocho sólo conseguirás agotarte, apartarte del verdadero sentido de la meditación y no disfrutarás de tu vida. haz lo máximo que puedas y tal vez aprenderás que independientemente del tiempo que medites puedes vivir amar y ser feliz. si haces lo máximo que puedas vivirás con gran intensidad. serás productivo y serás bueno contigo mismo porque te entregarás a tu familia, a tu comunidad, a todo."


¿Qué ganamos con ser tan duros con nosotros mismos? Quizás como me decía este amigo, estamos escogiendo sufrir, cuando podemos escoger ser felices. Eso no significa que perdamos la noción de responsabilidad que tenemos con nosotros mismos y los demás.  Eso no implica tomar el camino de una alegría egoísta que pase a llevar el bienestar de otros, porque así, ya se perdió la esencia primaria y deja de ser alegría.
Agradezco que cuando me dan los monitos, aún me queda algo de cordura para no pasar a llevar a nadie. El enojo no es con otros, es conmigo. A veces, quizás me enojo porque no soy capaz de levantar la voz y decir claramente cuando encuentro algo injusto. Quizás me enojo, porque me reconozco cobarde o cómoda. Quizás me enojo, porque le presto oreja a gente que es totalmente inconsecuente con su vida. Y quizás me enojo, porque elijo enojarme en vez de hacer algo totalmente distinto para bien.

Pero nos construimos a medida que aprendemos. Que escuchamos, que evaluamos, que hacemos, que soñamos. Nos hacemos porque ese es el regalo más hermoso de la libertad. La capacidad de ser creativos. Sin ella, no hay libertad. Lección para la semana: más presente, puro presente, presente presente presente!!!