Dìa lunes y no queda nada para el tiquitiquití del fin de semana largo.Este año, me quiero ir a pegar unas wenas zamacuecas ajjajajjjajaja, para celebrar que llega la primavera, que estoy viva otro año, y porque sí no más. Esa es la razón de todas las cosas que más me gusta.
Este fin de semana me dediqué a descansar. Visitamos algunos lugares y encontramos una casa destruida con una vista maravillosa, y es un bonito proyecto. Pero hasta ahì no más llego. Porque este fin de semana, tambien me ayudó a encontrar las respuestas a estas incomodidades del cuerpo que tengo, cuando no puedo dar con ellas. Haber, me explico: cuando tengo algo que me preocupa, que me tiene incomoda o intranquila, es como que todo el cuerpo lo sintiera tambien. Y he aprendido a respetar estos avisitos. Con la molestia que pasé el viernes con Mansilla, se me había "tomado el hombro", hahhahahah, con esa punzadita infernal que me hace tiritar los brazos hasta la punta del dedo. Y era eso: pura rabia no más. Así que fue un buen aviso para evaluar otras cosas tambien. Debe ser que cuando una se mete en la máquina del día a día, como que se le olvida las cosas buenas que ha aprendido para relajarse. La mente, te va haciendo trampitas, y te vuelve un nudo de preocupaciones e interrogantes. Por alguna razón, mientras le hacía kine a un paciente, me pusé a rezar mentalmente. Así, fluyendo, por el solo gusto de hacerlo y con ese simple gesto, recordé un par de directrices, que debería tatuarmelas en la piel para que no se me olviden. Aquí van, para ver si escribiendolas, se me quedan más en mi loca cabecita:
1.- Siempre hay elección.Estamos permanentemente expuestos a ellas. Una no esta empujado a elegir algo. Elige, a veces no queriendo perder algunas cosas, o queriendo ganar en otras. Pero siempre podemos elegir cómo estar. Incluso en el momento más adverso. En eso sí que Dios se pasó, porque no nos pudo hacer más libres. Es error de una creer que no.
2.- El estar enfocado en uno, no es mirarse el ombligo y compadecerse de sí mismo o llenarse de orgullo. El estar enfocado en uno, tambien se enfoca con lo de fuera, no son excluyentes. Lo que ocurre, es que una puede ir caminando, como dice el Zen, despierto y en oración. Me explico. Si alguien te dice algo muy bueno de tí, no debes creertelo y empezar a hincharte como un pavo real; simplemente lo escuchas y lo dejar pasar, porque si eso se queda en tí, comenzarás a hacer cosas solo por darle el gusto a otros. El oído humano es muy adicto a las alabanzas.
Ahora, si alguien te dice algo malo, tambien hay que dejarlo pasar. Yo sé que no es fácil. Normalmente, me dan unas ganas "tirrible" de desquitarme con ganas cuando algo me ofende o me daña. Pero si lo dejas pasar, no te toca, no peleas, no te desgastas. Eso malo de afuera, no puede alterar la certeza de lo bueno que hay en tí. Porque como con las alabanzas, las críticas y las ofensas, tambien te pueden llevar a vivir en función de darle el gusto al resto. Entonces ¿cómo seguir? El zen dice que debes abrirte para que las cosas te atraviesen, para que no vivas en función de ellas, sino de tí.
3.- Todo pasa. Lo bueno y lo malo, pasan. Esa es la única ley, el cambio constante. Lo bueno, dura lo que dura y lo malo tambien. Y en lo malo, a veces los relámpagos no son amenazas: son luces para que se te despierte el mate, la conciencia, lo que sea. Y eso, bien enfocado, siempre será un regalo. Quizás estabas haciendo algo que no era un buen recorrido, y quizas necesitas dar más vueltas, más caminar, más escucharse, más vivir.

Se me olvida. Eso pasa. A veces, me meto tanto en las cosas que estoy haciendo, que se me olvidan estas cosas, que siento que son certeras porque las he vivido ( no le creo a la experiencia ajena, lamentablemente) Y cuando se me olvidan, como que empiezo a sentir la vida muy planita y sin trascendencia. Y como que me empiezo a amargar y a acumular rabia y rencor. Hasta que exploto por cualquier tonterilla. Y la verdad, no me gusta mucho que me pase. Ojalá pueda irme haciendo más conciente de mis elecciones y no sentirme "arrastrada" a vivir ciertas cosas. Las cosas que más he disfrotado y amado, han sido siempre Una Elección.

Entre la lluvia, me encontré con esta canción de Shakira el fin de semana. Y quizás resume un poco las cosas que aún me duelen. Porque quizás mientras menos lo hable, quizás hasta se me olvida que me duele......"Inevitable".