Buen fin de semana. Tranquilo, muy soleado y muy muy FRIOOOOO. Fue un poco meláncolico así que quiero escribir luego, para irme sacando esa sensación.

El viernes, terminé tardisimo y muy cansada de trabajar. Así que pasé a dejarle muchos besos a la Cata y me fui a la casa, para tratar de acostarme temprano y así poder ir a danza árabe. Pero esa madrugada, tuve un sueño muy raro y que me dejo una sensación de pena extraña, de esas penas que no se pueden definir bien, pero que cuando se instalan te matizan varios días.

Soñaba que estaba en una sala blanca, con varios boxes donde habian pacientes tendidos. Todo era blanco. Mi ropa, las cortinas, las paredes, la ropa de los pacientes, etc. De repente, me daba cuenta que me tocaría trabajar con Rodrigo, y pensaba para mí: "me siento rara, pero lo que importan aquí son los pacientes, no los cuentos personales". Y en eso, Rodrigo se sentaba en un escritorio, y yo apoyaba mi mano en la mesa, porque me dolía un poquito. Y Rodrigo me tomaba la mano muy despacito, casi rozando...y en eso, entra la Catita que me pregunta si puede ir a jugar con no sé quien, y como se forma una conversación mental con Rodrigo, en que me dice: "está tan grande la Catita" y había como pena en su mirada. Seguía con mi mano tomada, presionando en el centro de mi palma, y me mira con cara como de pena, pero no de lástima, y me dice" que triste haber terminado así". Y me desperté con lágrimas y sintiendo la presión de su dedo en mi mano, y la frase: " que pena que habiendose querido tanto, ahora sea todo un trámite verse, y tomarse la mano".

No me quedaron muchas ganas de ir a danza pero fui igual, porque me fui convenciendo que solo era un sueño, y que yo no podía quedarme en mi casa deprimida, por muy intenso y casi real que fuera. Así que fui, bailé hasta que me dió calambre y pasé donde la Vivi. Le conté, y me preguntó si seguía enganchada, y le dije que no, que solo me daba pena, que quienes se quisieron mucho, ni siquiera para amigos sirvieron. Y estoy segura que habríamos sido buenos amigos. Y me dolía tener eso con pendiente. Ese abrazo sincero, deseandose lo mejor, desde las entrañas. Y qué le iba a hacer si yo era así para mis cosas. Me dijo que le daba lata igual, porque estaba segura que Rodrigo no le importaba lo más minimo, cuando ella más encima encontró la tarjeta de Navidad tirada dentro de un cajón. Y claro que da pena....da mucha mucha pena, que alguien a quien quisiste tanto, ni siquiera te salude a la cara y no entiendas muy bien por qué.

Por eso, decidí irme para el campo mejor. Me llevé a la CAta, a Mirko, a la Ely en la noche y volví ayer. Y claro, igual le conté a Mario, y agradezco inmensamente que haya sido tan comprensivo conmigo y me haya dado el espacio para desahogarme un poco. Él me decía que era perfectamente entendible mi pena, y que eso no lo hacía enojarse ni quererme menos. Qué quizás era por la fecha, como por aquí ya estabamos terminando.... Me dijo que escuchara a mi inconciente por si me tenía algun mensaje, y que confiaba en mí siempre. Yo igual le agradecí, porque igual es como lata escuchar a alguien que te interesa, hablando sobre las cosas que le producen un ex. No es fácil, porque lo sé; no es fácil abrirse y dejar de lado los celos y centrarse en ayudar a esa persona que esta afligida. Por eso, mayor admiración siento aún por Mario. Micifuz: gracias por tu nobleza.

Pero de seguro, que se me pasará con los días. Fue un sueño y eso es no más. No es sano seguir pensando en qué significa, cuando para esa persona, ni siquiera figuro como ser humano.

Ah, y ya esta decidido. Me quedo con César ayudandolo en las mañanas. Darse a otros, hace bien.