Estoy en casa. Por fin. Y aunque tengo como el alma revuelta y con muchas cosas soltar despues de todo este tiempo, me siento agradecida por todo y de todos.
Supe de esta imagen y no ha dejado de darme vuelta. Se llama "El Cristo de los Abismos". Sumergido en el fondo del mar, abre sus largos brazos desde el fondo hacia el infinito, recordandonos que en todas partes siempre esta su presencia.
Gracias Jefecito, por dejarme estar hoy en este pedazo de isla que llamo hogar.