Hay cosas que una no reconoce por vergüenza, por miedo a la crítica, por miedo de seguir dando la lata, por miedo a parecer una persona limitada, incapaz de superar sus dolores y duelos. Pero todas las personas, tenemos nuestras yayitas guardadas, en esas puertas que miramos con respeto y miedo, pensando cuándo se van a abrir para avasallarnos con sus certezas.... Ayer, solo abrí la puerta y deje que esas cosas que estan guardadas, me atraviesen y pasen por mí, porque al tenerlas, solo le quito espacio a las cosas nuevas. Pero me cuesta mucho sacarme el sentimiento de culpa, de fracaso, de pena, de miedo, que me quedó. Sobre todas las cosas de esa habitación que me duelen, ésta que Rodrigo no me haya creído nunca, que había buena intención y una imbécil ingenuidad en muchas de las cosas que él no valoró o cuestionó. Me duele que no haya reconocido nunca que tambien se equivocó, que hizo cosas mal, que la culpa no fue solo mían por no haberlo entendido. Eso, se me instaló como un nudo; de alguien que te apreta y que no te deja que hables, no te deja expresar, no te deja ser. Es como no poder cerrar el círculo. Estoy casi segura, que el inmenso amor que le tenía, agonizó el día en que cuestionó y ensució un acto mío de puro amor. No me interesaba que otras personas, lo entendiesen, lo justificaran. Me interesaba que lo recibiera limpio y puro, pero se cubrió de tanto miedo, que no fue capaz de abrir los ojos para ver quién se lo daba. Y ese acto injusto es el que se quedó doliendome.Y mi amor se cubrió de negro el día, cuando decidió por la amistad de una cahuinera mentirosa. Pero ante tanta pena, como que mi corazón se negó a ver esas cosas, y se quedó pegado en las cosas lindas...entonces, como que es una vara, una limitación que me he puesto sin querer. Rodrigo era todo lo que amaba en la vida que tenía y aunque ya ha pasado casi un año, como me duele que esa vida ya no exista. No voy a adornar esta pena, para que parezca menos, porque es mía, es mi dolorcito, y con el tiempo se ha ido sanando, es cierto, pero de vez en cuando sangra. Y no puedo ponerlo como justificación para abrir el corazón a otras personas. No sé aún si será Mario el hombre que quiero por compañero. Pero de tanto en tanto, se aproxima tanto a lo que quiero....Son en esos inter-tantos en que me bajan los monos y me da la "garrotera" como dicen las viejitas, y me pongo a cuestionar todo. Pero ayer, entre toda la confusión que tenía mi corazón, de seguro que mi ángel de la guarda sopló en mi orejita, para recordarme que no sea tan arrogante, tratando de controlar las cosas. Dios me ayudará y no me cabe duda ya, en infundir en mí, el amor necesario y que espero vivir, con la persona que Dios cree que es mejor para mí. Ahora estoy confundida...sin atreverme a ir a la derecha o la izquierda, con miedo al fracaso todavía y la desilusión. Sobre todo, no quiero que nadie sienta el dolor que yo he pasado. No quiero ser causa de pena ni de confusión para nadie. No quiero cubrir a nadie de ropas, de fotos, de costumbres, de magias ni de historias. Porque esta es mi verdad y es todo lo que tengo.

Jefe, yo le pido disculpas por mi arrogancia nuevamente. Por olvidarme de todas las sorpresas que me das día a día. Por desconfiar de tí, creyendo que mi juicio será aún mejor. Me cuesta recordarte cuando tengo que decidir, pero entiendo que las desiciones son solo meras ilusiones que la mente me va haciendo. Lo único cierto son estas cosas que te declaro. Me da miedo volar sin resguardos, porque ya lo hice una vez y eres el mejor testigo del manso ni que porrazo que me dí. Pero recibir tu voluntad, es volar sin resguardos...